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Manifiesto I: La palabra desvela la imagen (2018-2020)

La realidad está sobrevalorada y la fantasía subestimada, en mi opinión, lo más rico que existe en la vida es la fabulación y el poder de imaginar. Por eso mi fotografía está cargada de gestos teatrales y cinematográficos, al mismo tiempo alusivos al archivo pictórico y al documental. En consecuencia, mi trabajo se ha convertido en un ejercicio de libertad siniestra llevado a sus más extrañas consecuencias, que tiene una fuerte relación con el azar y el instinto tratando de usar todas las herramientas narrativas para crear alguna emoción dentro de la imperfección. Es una afrenta al terror y la deshumanización porque creo que la pasión humana es en sí misma un acto de desafío. Disfruto el jugar a vivir, fallar y ganar; mezclando diferentes técnicas (imágenes de archivo, intervención pictórica, maquillaje, collage, cámaras de juguete y profesionales, etc.).

Los textos que acompañan mi trabajo se inspiran en instantes burdos de desapego extremo. Entre la locura y claridad total (flash-backs). En mis historias procuro una trama flexible al encuentro y la búsqueda de mis demonios personales, culturales, sociales y humanos como una forma de autodeterminación donde pongo a prueba a mis interlocutores al presentarlos frente a la Intriga, el fetichismo, la perversión, la verdad, la mentira, la soberbia, el amor, la ilusión, la irracionalidad humana, la ironía, el talento para la autodestrucción y la capacidad de autoengaño. Compongo imágenes para crear experiencias narrativas para el espectador desde las entrañas de mi capacidad artística, donde cada composición cuenta una historia sobre los personajes auto referenciales que situó en mis proyectos y que a su vez son reflejo de mi estado mental y mis sentimientos. Hay un deseo de devorar la realidad y sobrepasarla, pues considero que donde hay orgullo no hay fantasia.

Entre mis referentes puedo mencionar a Tarkovsky, Kubrick, Darren Arronovsky, Begotten,Jack Smith, Harmony Korine, Lars Von Trier, Chuck Palahniuk, Derrida, Edgar Allan Poe, H.P. Lovecraft, Alejandro Jodorowsky, F.W. Murnau, Truman Capote, Ana Mendieta, Francesca Woodman, Matthew Barney, Diane Arbus, Nan Goldin, Cindy Sherman, Paganini, Roman Polanski, David Cronenberg, Luis Buñuel, William Burroughs, Michel Foucault, Simone de Beauvoir, Teresa Margolles, Charles Bukowski, William Blake, Bacon, Melanie Klein, Sigmund Freud, Carl Jung, Jose Luis Borges, James Joyce, Andre Breton, Octavio Paz, David Lynch, Gabriel Garcia Marquez, Marco Polo, Samuel Becker, Gabriel Orozco, Emmanuel Lubezky, Francis ford Coppola, Kafka, Sophie Calle, Alfonso Cuarón, Chan-Wook Park, Alejandro Gonzalez Iñaritu y Guillermo del Toro; el teatro Kabuki, el movimiento Dada, el performance vienes, el expresionismo alemán, el eroguru, el non fiction, la novela negra e indistintas frecuencias de la subcultura.

Revelo una búsqueda estética transgresora e irreverente entre lo extraño y lo cotidiano, lo construido y lo fortuito, lo encontrado y lo buscado, lo accidental y lo planeado, lo vivido y lo imaginado; siendo sutil, terrorífica, seductora y hechicera al mismo tiempo. Mi propósito es discutir sobre la rudeza, sutileza, complejidad y emoción de vivir fuera de los esquemas, ilustrando así mi viaje existencial, místico y psíquico.

Mi objetivo es contar historias, que indagan sobre la representación visual, cultural y emocional del género, la identidad y el posible conflicto entre los dos. Las piezas resultantes plantean preguntas y hacen declaraciones sobre las manifestaciones del cuerpo y los conflictos psicológicos y emocionales con la imposición de identidad social y cultural, pues sospecho que no importa cuanto avancemos como personas o civilizaciones económica, tecnológica o culturalmente, nuestra especie es instintiva, salvaje, frágil, emocional y destructiva. Mis imágenes enuncian sensaciones potentes y encarnan la naturaleza fugaz de las pulsiones de vida y muerte. Esta contundencia aparece en mis fotografías porque es un elemento importante en la forma en que erijo mi ideario, pero también los retratos expresan esta energía creativa, utilizando lo físico como el lienzo para las aberraciones, anomalías, subsistencia, fallecimientos y floridas formas de castigos como tratamientos para el alma. Mis conceptos llevan al espectador a momentos íntimos donde la figura del sujeto es el único elemento emocionalmente expresivo que podemos vislumbrar. El cuerpo, la sangre…la materia que nos conforma; habla sobre las conexiones íntimas que las personas tienen con sus propios sentimientos, pensamientos, percepciones de género, sexualidad, lugar en la sociedad, identidad y mortalidad. Estas son ideas con las que cualquier persona puede relacionarse. Cada ser humano puede identificarse con la posesión de un cuerpo, los deseos que este emite y su búsqueda de identidad (o de muchas identidades) en el espectro creado por nuestra cultura, familia y sociedad, pero imperativamente ansioso de una independencia. Para mis personajes, su verdadera identidad se encuentra profundamente dentro, debajo de líquidos pictóricos, parásitos, mantas y, en última instancia, la piel.

Intento capturar, externamente, la psiquis en el sentido filosófico, incluso científico y que trasciende a la religión de cada una de estas personas mientras realizan expresiones de su personalidad, creo que me veo fascinada por la creencia de que ninguno de mis entes es víctima, todos representan su propia perversión.
El rendimiento de cada sujeto es dramático y genera la duda de si lo que estas viendo es fotografía con movimiento o cine en estado de congelación, al igual que la iluminación. Los sujetos desempeñan de manera experta sus roles enigmáticos, expresivos y muy creativos. En pocas de mis imágenes el sujeto mira directamente al espectador pero cuando lo hace sucede con una sensación de vulnerabilidad y apertura. En el resto de las fotos, el observador mira las escenas desde el exterior, sin reconocimiento ni atención. El espectador se convierte en un voyeur, visualizando situaciones que se asumen personales y privadas.

Mis historias relatan una riqueza de textura visual, color, contraste y drama que reproducen metáforas de encanto, misterio, experiencia y curiosidad sobre lo que puede estar oculto en el interior: la psique humana, el proceso metamórfico de la vida y la comprensión de que ella es más grande que yo y que cualquiera, pues nada está perfectamente definido o es permanente. Los humanos siempre han migrado, sobrevivido, soportado y transformado a si mismos y al contexto en algo nuevo durante el viaje de la vida entre el nacimiento y la muerte. Como resultado, sobrevivimos aprendiendo a usar muchas máscaras, adaptándonos a nuestro entorno y luchando por el derecho a expresar quiénes somos y de lo que somos capaces.

Me inquieta representar con exactitud mi estado de ánimo por medio de mis escenarios y personajes. ¡Todos ellos exclaman sobre misterios, belleza y una profunda lucha creativa que afecta mis temas! Nada doy por terminado, todo se persigue y asecha mi siguiente obra. Uso metáforas y símbolos visualmente interesantes en donde mis antecedentes funcionan para establecer una configuración fuerte, honesta y cambiante.

De forma inconsciente una paleta de tonalidad luminosa y pictórica parece representar mi búsqueda de capturar la magia que el color psicológicamente puede comunicar, especialmente con el uso del amarillo mostaza y el verde lima, escenas lúgubres pero luminosas enmarcan a los sujetos. Creo que la forma en que utilizo las luces y las sombras para describir las entidades en las imágenes produce tensión visual. Es extraño pero imagino que e logrado reproducir enigmas y un sentimiento de acogida al mismo tiempo de forma individual o como como colectivo de imágenes. No soy una fotógrafa, pero la fotografía y yo nos usamos mutuamente para dar paso al arte, creo en el arte más allá de las especialidades y los paradigmas diseñados por los críticos e historiadores de arte.

Por eso dinamito a la hora de producir foto libros en donde se desborda la ficción utópica y distópica de la imagen sin aparente descanso, regulación del orden o estilo, ni finales felices; y al imprimir dimensiones agigantadas y diminutas en un mismo proyecto, para inspirar reacciones de asombro al crear un sentido de escala para el espectador. Considero que la presentación de grandes formatos hace sentir pequeño a el observador cuando se enfrenta a la posibilidad de pararse frente a estas intrigantes declaraciones sobre género e identidad, mientras las diminutas piezas le susurran a quien les presta atención el fragmento de un secreto. Ademas de llevar al publico a verse confrontados con la sensación de estar inmersos en perspectivas inesperadas, dejándolos contemplar la posibilidad de interpretar lo que ven.

En mi serie “La ira de la devoción” y en mis trabajos consecuentes abro mi práctica a reflexionar sobre cuán perversas e innecesarias son las estructuras sociales (familia, religión, estado, etc.), describiéndoles cómo las he experimentado; una maldición endogámica en el contexto de la brujería mexicana. En mis experimentos “Naranja de Sangre” y “Too strong for fantasy” investigo las consecuencias de la ejecución de la violencia femenina, el accidente, las falsas curaciones, el exilio, el castigo y el recorrido del odio. Mientras en “La perversión de la ilusión” constituido por: “Agua de fuego” y “Leche de tigre”, al igual que en “La etapa bruja” y “No soy mapa, soy laberinto” trazo mis mecanismos de defensa adultos e infantiles, hablo del trauma sexualizado, la guerra cultural contra lo femenino, la fragilidad, el síndrome de Estocolmo y de Elektra, el amor, el desengaño, la trampa, el juego, el intercambio, la aventura, el analfabetismo emocional y el aprendizaje de abandonar sin sentir dolor como una declaración de honestidad y libertad hasta la ruptura conmigo misma “.